10 cosas que no deberías hacer en el Facebook de la empresa
Cuando creamos un perfil en redes sociales para la empresa podemos pensar que tenemos la mejor estrategia del mundo. Podemos incluso tender a creer que se trata de un perfil personal, por ejemplo. Los errores en Facebook son muy comunes, pero no siempre somos capaces de detectarlos y darnos cuenta de que no es la mejor forma de proceder.
Estas equivocaciones pueden resultar cruciales, puesto que marcan la diferencia entre el éxito de un plan de comunicación y el abandono de los usuarios. Lo que estos vean en la cuenta del Facebook de la empresa será determinante para que se sientan atraídos por la empresa o para que se alejen.
Cometer un error en Facebook como los que vamos a explicar puede dejar huella en la imagen que tiene el público objetivo de la firma. Es primordial identificar qué estamos haciendo mal para poder enmendarlo y virar nuestros planes. De este modo, seremos capaces de generar un mayor engagement.
25 errores al publicar en Facebook que afectan a la estrategia de la empresa
Son múltiples los errores en Facebook que se cometen a diario. Casi sin darnos cuenta, podemos estar echando abajo el castillo de naipes que con tanto esmero habíamos construido.
Este trabajo mal obrado repercute directamente en la imagen que ofrece la empresa a los usuarios de la plataforma. Ese mal sabor de boca no solamente se queda ahí, sino que al final se extiende al imaginario de los usuarios, que acaban asociando a la compañía con ese detalle que no les ha convencido o del que ni siquiera se han enterado.
No escribimos esto para asustar a nadie, porque, por suerte, son errores que se pueden corregir con la práctica. Puede que cueste un poco más volver a recuperar la confianza de los «followers», pero con constancia y dejando de lado malas prácticas como las que vamos a indicar a continuación, habremos abierto el camino para poder volver a andar por él.
Seguirá habiendo obstáculos, por supuesto, pero habremos conseguido allanar el terreno por el que pisamos. Sin más dilación, vamos a explicar cuáles son los 30 errores al publicar en Facebook que más se suelen cometer.
1. Utilizar un perfil personal como una página profesional
Es muy fácil caer en la tentación de utilizar nuestro perfil personal como si fuese una página de Facebook profesional. No obstante, son muchos los reparos que podemos poner ante esta idea.
En primer lugar, no transmite profesionalidad, que es un requisito básico para captar a los usuarios. Si no hay profesionalidad, directamente los internautas no confiarán en el trabajo que hacemos y no se creerán que seamos expertos en nuestro campo.
Es normal que al principio sí que compartamos información de nuestra tienda, de nuestros productos y de nuestra marca en nuestros perfiles personales. Al final, ahí es donde tenemos a la gente conocida, que es la primera que se va a lanzar a apoyar el negocio.
Por otro lado, siempre podemos compartir las publicaciones que se hagan en la página de trabajo en el perfil individual. Es una manera de alcanzar a más personas y que estas compartan el contenido. Pero esto hay que hacerlo una vez que hemos creado la página de la empresa.
De esta manera, la imagen que tendrán de nosotros será positiva desde el principio. Tampoco se mezclará el contenido de la entidad con las fotografías, los vídeos y los mensajes personales. Además, un perfil personal puede conducir a que los internautas se confundan y no tengan claro cuál es nuestra propuesta.
? Descubre nuestro post sobre ¿Qué es, para qué sirve y cómo funciona Facebook para empresas?
2. La constancia es la clave del éxito
No vale con publicar contenido una vez al mes o cada dos meses. Para que la estrategia de Facebook que hemos desarrollado llegue a buen puerto, debemos crear un calendario de contenidos e ir lanzando píldoras de información de la empresa varias veces por semana, si no todos los días.
En cuanto a qué publicar en Facebook, el surtido es muy variado. Si tenemos un blog podemos compartir las entradas del mismo, así como los servicios que ofrecemos, casos de clientes satisfechos, las novedades y cambios de la compañía, detalles sobre los productos de los que disponemos o incluso compartir noticias relacionadas con el ámbito.
Obviamente, todo con previo estudio y con un razonamiento lógico, no vale poner cualquier cosa simplemente por rellenar. Si hacemos esto último, no estaremos ganando nada y el esfuerzo será en vano, porque no estaremos aportando nada interesante.
3. Responder los comentarios semanas y meses después
Uno de los aspectos que más tienen en cuenta los usuarios es la interacción con ellos. Una marca se gana su confianza, su aprecio y su fidelidad, entre otras cosas, precisamente porque se identifican con ella y sienten que les comprenden y está a su lado para ayudarles.
Por eso, no debemos contestar los comentarios mucho tiempo después. Es necesario que los revisemos a diario y respondamos según proceda. Si simplemente son reacciones al contenido, no hace falta que escribamos un texto, pero con poner «me gusta» o algún emoticono será suficiente.
Repetimos: no hay que contestar a todo el mundo. Lo haremos en función de la relevancia y del ‘feedback’ que nos proporcione.

4. Los errores ortográficos en Facebook no son buenos
Si hay algo que queda fatal en la plataforma de Zuckerberg y en cualquier otro espacio son las faltas ortográficas. Los errores ortográficos en Facebook no es que puntúen negativo ni influyan en el alcance de las publicaciones.
Sin embargo, sí que afectan directamente a la visión que tienen de nosotros los usuarios. Buena parte de ellos se fijan en este punto y pueden llegar a pensar que no hay profesionalidad detrás, aunque no sea de este modo.
Por lo tanto, es primordial contar con una persona que pueda supervisar lo que vamos a subir y revisar nosotros mismos qué es lo que estamos poniendo.
5. Hay que contestar los mensajes cuanto antes
Al igual que hay que responder a los comentarios importantes, es necesario revisar cada cierto tiempo la bandeja de entrada. Los mensajes no se pueden quedar ahí sin contestar meses y meses.
Si nos escribe un usuario en junio, por ejemplo, preguntando por información de un producto o servicio y no le contestamos hasta septiembre, es un cliente potencial que habremos perdido.
Hay que ser servicial y siempre estar atentos ante las dudas que puedan tener los futuros compradores. Aparte, cuanto antes respondamos, mejorará la etiqueta que aparece al lado de la opción «enviar un mensaje». Si actuamos con prontitud, les advertirá de que solemos responder en menos de 24 horas o de los minutos que se correspondan con la realidad.
6. No incluir apenas información de la empresa
Otra situación en la que los usuarios pueden sospechar de la fiabilidad del negocio es no incluir apenas información de la compañía. Si creamos una página de Facebook para empresas y no la cuidamos, nada de lo que hayamos hecho tendrá sentido.
Hay ciertos datos básicos que tienen que estar incluidos. Desde la dirección física hasta la página web, los datos de contacto y una pequeña biografía de lo que estamos ofreciendo.
7. Subir imágenes de tamaños incorrectos y sin nitidez
Una metedura de pata muy común es no fijarnos en la calidad de las imágenes. Este es uno de los errores de Facebook más graves.
La imagen que estamos dando a los usuarios es muy negativa. Todo el trabajo que hagamos habrá resultado en vano porque las fotografías o vídeos que publiquemos no se verán nítidas.
Cuando vemos una imagen publicada borrosa en la que no distinguimos, nos quedamos confusos y sin saber cómo reaccionar. Lo primero que pasa por nuestra cabeza es que las personas que regentan el negocio son descuidadas y que no se fijan en los detalles. Hay que tener muy en cuenta el tamaño correcto de las imágenes, tanto las del cuerpo del ‘feed’ como las de cabecera y de perfil.
8. No tener en cuenta las reacciones a las publicaciones
Puede parecer una tontería, pero las reacciones a las publicaciones nos estarán indicando un valor muy valioso: qué es lo que le gusta a nuestros usuarios y qué no. Ya no solo por seguir publicando ese tipo de contenido o no, sino porque conoceremos de cerca qué es lo que les mueve y les hace reaccionar.
De esta manera, sabremos qué clase de publicaciones son más atractivas, cuáles nos traen más visitas a la web o qué es lo que causa polémica.
9. Usarlo a veces como un diario personal
Está bien que haya cercanía y que el usuario se sienta identificado con nosotros y nuestro trabajo. Pero hay que llevar mucho cuidado, porque no es un diario personal.
No debemos utilizar nuestro Facebook profesional para contar nuestras vidas sin ton ni son y sin ningún motivo que nos vaya a beneficiar. Ojo, que se pueden compartir experiencias del equipo y de los empleados, incluso ponerles cara.
Pero no es recomendable que coja la cuenta una persona y se dedique a subir lo que quiera sin consultarlo con su equipo de redes sociales. Sigue tratándose de una herramienta profesional, no de un blog de un influencer o de una personalidad de las redes. Si no tiene nada que ver con lo profesional, con la marca y con los propósitos, no tiene sentido.
10. No personalizar la URL
Un error muy común en Facebook es no personalizar la URL. Esta es visible para todo el mundo y la puerta de entrada a nuestro mundo en esta red social. Puede que cuando nos hacemos la cuenta no tengamos en cuenta que después lo va a ver la gente y elijamos cualquier combinación.
Es importante que revisemos este aspecto y que pongamos una URL sencilla, fácil de encontrar y de recordar. Cabe destacar que cada página solo puede tener un usuario y que solamente se puede incluir caracteres alfanuméricos o punto.